El movimiento es una de las acciones que nos permite estar vivos durante más tiempo, y como consecuencia retrasar nuestro envejecimiento. Si hacemos memoria, es muy probable que recuerdes aquella sesión de deporte. Esa que postergaste tanto que nunca se llevó a cabo.
Las excusas para hacer ejercicio son más habituales de lo que pensamos. Sin embargo, necesitamos movernos para vivir. El sedentarismo es un estilo de vida caracterizado por la inactividad física, que se ha convertido en uno de los motivos más frecuentes de envejecimiento prematuro y de fallecimiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la causa del 6% de las muertes en todo el mundo.
La falta de ejercicio físico lleva asociado otros problemas como el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión arterial o la diabetes. Si tenemos esto en cuenta, el porcentaje de muertes causadas por el sedentarismo puede ser mucho mayor. Las cifras hablan por sí solas, indicando que el 60% de la población mundial no se mueve lo suficiente (Datos de la OMS).
¿Acabas de leer esta información y estás pensando que mañana empiezas a hacer deporte? Para que no vuelvas a caer en las excusas más comunes, vamos a hacer un repaso por ellas y conocerás cómo darles solución.
- No tengo tiempo
La excusa más típica. No necesitas más de 5 minutos para empezar a obtener beneficios. Como lo lees. Un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology lo demuestra. Puedes iniciar este proceso moviéndote al menos 5 minutos al día, a ritmo lento. Poco a poco puedes ir aumentando esos minutos y la intensidad, y tu salud te lo agradecerá. El tiempo ya no es una justificación.
- Tengo dolores articulares y no puedo moverme
Cuando comienzas a moverte, no tienes por qué comenzar por correr: ¡Camina! La revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology ha difundido una investigación en la que se señala que, a partir de los 15 minutos de paseo, ya se ven mejoras físicas. Además, como dato revelador, se ha demostrado que correr a ritmo rápido no produce mayores beneficios que andar a un buen ritmo. ¿Tampoco puedes andar? Hay muchas alternativas adecuadas como la natación, la bicicleta, el pilates o el yoga. Siempre busca aquello que sea adapte a ti.
- Nunca he hecho deporte, ya es tarde para ponerme a ello
Como dice el refrán “nunca es tarde, si la dicha es buena”. Es necesario aplicar esta mentalidad. El ejercicio nos trae beneficios a cualquier edad y etapa. Tanto es así que un grupo de científicos franceses (Conferencia EuroPrevent – Ámsterdam, 2014) evidenciaron que el inicio de entrenamiento de fuerza entre los 55 y los 70 años mejoraba la frecuencia cardíaca, la densidad ósea y el estrés oxidativo, entre otros aspectos. Todas eran personas que nunca habían practicado deporte antes. Es sencillo iniciarse en la práctica de algunos ejercicios calisténicos como sentadillas, burpees o flexiones. Incluso empezar a realizar rutinas básicas como utilizar las escaleras en lugar del ascensor, o dar un paseo a un ritmo rápido cuando tengas un rato libre.
- Tengo que hacer ejercicio en casa y no tengo material deportivo
El espacio para hacer ejercicio no sirve como excusa. Lo recomendable es practicar deporte al aire libre, pero también es posible realizarlo en casa y con tu propio cuerpo, sin materiales. Como ya se ha hecho referencia antes, puedes llevar a cabo ejercicios calisténicos. Se trata de aquellos en los que solo necesitas tu cuerpo, como por ejemplo planchas isométricas, sentadillas o flexiones. Incluso puedes usar elementos de casa para ayudarte, como puede ser una mesa o una silla.
- Me da pereza hacer ejercicio
Seguro que has dicho esta frase alguna vez, para esto también existe el remedio. La pereza no se vence sola, debes poner de tu parte e ir haciendo pequeños cambios en tu rutina para adaptarte al hábito de realizar ejercicio físico. Otra clave es disponer todo aquello que necesites, de manera que no te suponga un gran esfuerzo ponerte en marcha. Para que te hagas una idea: pon los tenis y la ropa de deporte al lado de la cama, para que sea lo que te pones nada más levantarte. Una vez equipado, ya estás más cerca de salir a caminar.
Por último, una estrategia que puede ser de utilidad es encontrar un grupo de personas que hagan ejercicio al que unirte. Si tienes ese sentimiento de pertenencia, puede resultarte mucho más sencillo iniciarte en el deporte y sentirte mejor.
La realización de un chequeo médico antes de empezar con tu rutina de deporte es fundamental. Así, te aseguras de que está todo en orden y sabrás qué tipo de ejercicios pueden adaptarse mejor a tus circunstancias. Aún así, los beneficios para la salud de la práctica deportiva superarán con creces a los problemas que pueden crearte.