Un buen estado físico influye en nuestro estado anímico y viceversa. A estas alturas ya hemos aprendido los muchísimos beneficios que nos aporta practicar deporte de manera habitual a nivel físico, pero cada vez empezamos a darnos cuenta de lo mucho que también nos puede ayudar a nivel psicológico.
Mantenernos activos previene limitaciones físicas y nos permite conservar una buena actitud. Aparte de los beneficios a nivel de coordinación, fuerza y energía, la actividad física evita y mejora problemas psicológicos.
Los beneficios de la actividad física en la salud mental son múltiples, pero voy a resumirlos en los cuatro puntos más importantes:
Cuando nos movemos, nuestro cerebro libera endorfinas, hormonas que nos llevan a un mejor estado emocional y a estar más felices. Hacer deporte nos tranquiliza y disminuye los síntomas de frustración y tristeza.
El deporte ayuda a desconectar, nos facilita encontrar la calma. Al movernos, liberamos tensiones y facilitamos el descanso posterior. Uno de los grandes males de hoy en día es que agotamos la mente, pero no el cuerpo. Por eso muchas veces nos cuesta conciliar el sueño y, si no descansamos lo suficiente, somos mucho más proclives a tener ansiedad y estrés.
Nuestro aspecto físico influye en cómo nos vemos y cómo nos sentimos. Al movernos, el cuerpo se aligera y se vuelta más flexible y con el deporte continuado, la percepción de nosotros mismos va cambiando paulatinamente. Si nos sentimos mejor y además nos gustamos más, nuestra autoestima incrementará.
Muchos deportes se realizan en grupo, lo que facilita socializar, comunicarnos y motivarnos unos a otros. La práctica de ejercicio de forma regular previene procesos neurológicos degenerativos y mejora también nuestra salud cardiovascular. El deporte estimula la memoria y el aprendizaje. Además, muchos deportes requieren de concentración a la hora de realizarse, por lo que es tan importante la capacidad mental como la física para poder realizarlos correctamente.
Mantener un cuerpo activo es mantener una mente activa y con motivación. Por supuesto que cada actividad tiene unos beneficios específicos, pero lo más importante es ser consciente de la importancia de combatir el sedentarismo, a cualquier edad. Da igual si corres, nadas, practicas yoga o juegas al fútbol o al pádel.
El mejor ejercicio es el que consigas hacer. Empieza por lo que sea más sencillo o por lo que más te guste, ese es el ejercicio que te será más fácil implementar. Y si te aburres, cambia de actividad, lo importante es darle movimiento al esqueleto.